Revisar las notificaciones cada media hora, poner el teléfono encima de la mesa mientras estamos de terraceo con los amigos o no poder salir de casa sin él encima. ¿Te suena? La era digital ha traído consigo muchos avances que hacen nuestras vidas más fáciles, pero también nos hace, en muchos casos, dependientes del móvil. Y en este contexto, cada vez son más las personas que eligen vivir al margen de la vorágine de internet y las redes sociales por voluntad propia. Pertenecen a la llamada tribu de los desconectados.
No se les va la vida viendo fotos en Instagram, revisando el timeline de Twitter para ver todo aquello que ocurre o actualizando su muro de Facebook. Los desconectados son aquellos que optan por limitar el uso de internet al mínimo y a aspectos muy concretos, como comprobar la cuenta del banco o revisar su correo en el trabajo. En muchos casos hacen uso de móviles antiguos, que únicamente sirven para llamadas telefónicas y mensajes de texto. Han decidido voluntariamente poner freno al torbellino de internet y la hiperconectividad para vivir una vida más real, sin renunciar por ello a su actividad profesional o a sus vínculos sociales.
Entre los principales motivos de esta decisión, está el estrés. Estar día tras día viendo la vida a través de una pantalla y recibiendo cientos de notificaciones produce ansiedad. Y buena culpa de ello la tiene el smartphone. La adicción al teléfono móvil es, para muchos, la enfermedad del siglo XXI. Tanto que, según los expertos, el miedo a estar sin el teléfono se podría diagnosticar ya como un trastorno para una parte de la población.
La necesidad de desconexión está creciendo e incluso algunos hoteles se publicitan como lugares sin wifi para la desconexión.
La tribu de los conectados: haciendo frente al FOMO
FOMO son las siglas en inglés de fear of missing out, que traducido significa “miedo a perderse algo”. Es una nueva forma de ansiedad surgida con la popularización del móvil y las redes sociales, una necesidad compulsiva de estar siempre conectados. Si eres de los que se sienten desnudos sin teléfono móvil, tal vez debas adoptar una serie de recomendaciones para hacer un uso más racional del teléfono, sin llegar al extremo de la desconexión total.
- Reflexiona: es importante analizar en qué casos y en qué momentos las tecnologías digitales son útiles y nos aportan algo positivo a nuestra vida y en qué momentos no. Este es el primer paso para evitar la dependencia del teléfono y la ansiedad que ello genera.
- Limita el tiempo de conexión diaria: establece un tiempo máximo cada día para acceder a tus redes sociales. De esta forma evitarás malgastar buena parte de tu día en revisar el timeline de Instagram o Twitter.
- Pon el móvil en “modo avión” o en “no molestar”. No siempre hay que estar disponible para los demás, así que activa el modo avión y siéntete libre un rato. La mayoría de smartphones también traen sistemas denominados “no molestar” con los que puedes desactivar automáticamente las llamadas entrantes. Hazlo si has quedado para comer o tomar algo con tus amigos y disfruta de la desconexión.
- Desactiva el doble check azul y silencia grupos del WhatsApp. Tanto la opción de última hora de conexión como la verificación de lectura son dos funciones de WhatsApp que puedes desactivar. Así evitarás discusiones por haber leído un mensaje y no haber contestado. Los grupos de chat también pueden resultar agotadores. Seguro que tienes más de uno en el que llegan notificaciones las 24 horas, todos los días. Así que silencia y relájate.
- Realiza ejercicio y actividades al aire libre. Si tienes ansiedad, no hay nada mejor que salir a correr, ir al gimnasio o simplemente dar un paseo por el parque. Eso sí, ¡deja el móvil en casa!
- Escribe menos y habla más. Deja por un momento el WhatsApp y haz tiempo para quedar con tus amigos y charlar. Eso sí, fuera móviles.
No hace falta pertenecer a la tribu de los desconectados, pero silenciar el móvil y desactivar algunas notificaciones es el primer paso para dejar de mirar lo que hacen los demás y vivir. Piensa que, si estás permanentemente conectado por miedo a lo que te puedes perder, lo que de verdad te estás perdiendo es la vida.
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