Inversión socialmente responsable: ¿qué es?

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En un contexto en el que los problemas sociales ocupan un lugar destacado en el ranking de preocupaciones de la sociedad española y la conservación del medioambiente escala posiciones cada año, no resulta sorprendente que la inversión socialmente responsable (ISR) –en inglés, socially responsible investing (SRI)– también aspire a ser la opción favorita de los inversores.

Destinada a fondos respetuosos con el entorno natural y social, este tipo de producto revela el gran compromiso de los mercados con el ecologismo y el bienestar de la sociedad, un compromiso suscrito también por los organismos e instituciones europeas a través de medidas como el Plan de Acción de Finanzas Sostenibles.

Y es que, con la adopción en 2015 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la firma del Acuerdo de París un año más tarde, la Unión Europea ha ido dibujando su compromiso con el cambio climático trazando un plan de futuro en el que todos los miembros de la sociedad tienen que desempeñar su papel y en el que el mercado financiero ocupa un lugar destacado gracias al impulso de la ISR, entre otras cuestiones.

¿Por qué la inversión socialmente responsable está de moda?

Lejos de ser entendida como una tendencia pasajera, los inversores están fijando su atención en este tipo de producto, ya que representa un equilibrio entre la creación de riqueza y el compromiso con el entorno natural y social, parámetros que la convierten en una opción de inversión de futuro.

Además de regirse por criterios financieros (rentabilidad, liquidez y riesgo), la inversión socialmente responsable apela a la sostenibilidad, pues actúa atendiendo también a criterios extrafinancieros de corte medioambiental, social y de buen gobierno corporativo (conocidos por sus siglas en inglés, ESG).

Es decir, no se trata únicamente de seguir las tendencias del mercado, sino que representa un cambio en las reglas de juego en el que la ética social adquiere una relevancia decisiva en el proceso de toma de decisiones de inversión.

¿Cuál es su objetivo principal?

La finalidad de la inversión socialmente responsable es contribuir al desarrollo sostenible, un concepto que se hace un hueco en las conversaciones cotidianas sin sorprender a nadie pero que fue definido por primera vez en el Informe Brundtland de 1987 como todo lo que “satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. En este sentido, cabe destacar que, a diferencia del desarrollo sustentable, ligado a la inmediatez y la eficacia, el desarrollo sostenible implica un proceso temporal y espacial y va de la mano de la eficiencia. Es decir, el desarrollo sostenible busca en el presente la forma de garantizar un futuro mejor para el conjunto de la sociedad.

¿A qué llamamos activos ISR?

Además de estar inspirados por una filosofía de respeto y compromiso con los problemas que afectan a la sociedad actual, los activos ISR contemplan diferentes categorías de inversión entre las que se pueden encontrar las letras del tesoro, los pagarés de empresa, los bonos y obligaciones de deuda pública y privada o las acciones.

Teniendo eso en cuenta, es importante destacar que, atendiendo a sus principios, la inversión socialmente responsable excluye tanto a los sectores que no se ajustan a los criterios ESG (medioambiente, social y gobernanza) como a los que no cumplen los principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas.

Por ejemplo, un inversor que decida realizar una ISR tendrá la garantía de que su capital no contribuirá al desarrollo de compañías o industrias que ofrezcan productos o servicios percibidos como perjudiciales, es decir, no cooperará económicamente a impulsar la industria del tabaco, el alcohol o las armas.

¿Cómo se garantiza el enfoque sostenible y socialmente responsable de los fondos?

Pese a todo, una de las preocupaciones que los inversores tienen que afrontar a la hora de plantearse invertir en este tipo de productos es no tener la certeza de que el impacto de su inversión sea el esperado. Por eso en ABANCA utilizamos una combinación de cuatro estrategias para seleccionar y contrastar el enfoque de los fondos de Alpha Responsable, nuestro servicio de gestión de carteras de fondos de inversión socialmente responsables,

  • De filtro positivo. Seleccionamos las mejores compañías con compromiso ESG –medioambiente, social y de gobernanza).
  • De filtro negativo. Excluimos empresas, sectores o países en base a determinadas reglas.
  • De impacto. Incluimos inversiones con repercusión social o medioambiental.
  • Temático. Tenemos en cuenta el vínculo del producto con las energías renovables, agua y materiales, entre otros.

Teniendo en cuenta el papel destacado que el mercado financiero y, por extensión, los inversores desempeñan en el plan de futuro diseñado por las instituciones y organismos globales en materia social y medioambiental, las inversiones socialmente responsables (ISR) son una de las opciones que mejor encaja con quienes simpatizan con la causa sin renunciar a obtener beneficios.

Si compartes estas inquietudes, ABANCA te lo pone fácil gracias a Alpha Responsable, un servicio pionero que contempla exclusivamente modelos de inversión que garantizan rendimiento social, sostenible y ecológico.

 

Estos datos tienen finalidad informativa y no deben interpretarse en ningún caso como una recomendación de compra o venta, o de realización o cancelación de inversiones, ni puede servir como base de ningún tipo de decisión sobre inversiones actuales o futuras. ABANCA no se hace responsable de los perjuicios que pueda sufrir el inversor como consecuencia del uso de dicha información. El cliente es responsable de las decisiones de inversión que adopte y del uso que haga de la información proporcionada a tal efecto. Rentabilidades pasadas de las inversiones no garantizan rentabilidades futuras.

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