El mundo de las finanzas puede ser intimidante, especialmente cuando nos encontramos con conceptos complicados o diversas opciones de inversión. Hoy en día nuestras decisiones financieras tienen un impacto directo en nuestro bienestar económico, por eso es tan importante tener la información necesaria para gestionar nuestros activos de forma eficiente, maximizar los beneficios y minimizar los riesgos, ya sea de forma directa o a través de un tercero experto.
Aquí es donde entra en juego la gestión de carteras de inversión, un proceso estratégico que nos da la posibilidad de organizar los activos financieros de manera eficiente, mitigando los riesgos y buscando el mayor rendimiento. En este post te explicaremos más sobre los conceptos básicos que necesitas saber para la gestión de carteras. ¡Toma nota para lograr tus objetivos económicos!
¿Qué es una cartera?
Una cartera es la colección de activos financieros que posee una persona o entidad. Estos activos pueden incluir acciones, bonos, fondos de inversión, materias primas, derivados, bienes raíces y otros instrumentos financieros. Puedes diversificar tu cartera distribuyendo estos activos en diferentes sectores, geografías, y tipos de inversiones, lo que te ayuda a mitigar riesgos y aprovechar oportunidades.
Antes de optar por uno u otro activo financiero, debes tener en cuenta que las inversiones conllevan riesgos y que pueden suponer pérdidas de capital. Y que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.
¿Qué es la gestión de carteras?
Sabiendo lo que es una cartera, podemos decir que la gestión de carteras es el proceso de administrar y organizar estos activos financieros de manera estratégica para alcanzar los objetivos de inversión de una persona o entidad. Como toda inversión, el objetivo principal de este proceso es maximizar la rentabilidad de la cartera y minimizar el riesgo asociado.
Aspectos fundamentales para la gestión de carteras
Teniendo en cuenta lo anterior, hay cinco factores que debes considerar para organizar tus activos financieros de forma eficaz.
- Asignación de activos: es importante decidir cuál es la combinación apropiada de activos que van a conformar una cartera, tomando en consideración los distintos tipos y los niveles de riesgo y potencial rentabilidad de cada uno. Cada activo posee diferentes características en cuanto al riesgo (probabilidad de que su valor suba o baje, liquidez, divisa…) y su rentabilidad (cuánto puede ganar o perder ese activo). El objetivo es crear una combinación diversificada de cartera que se ajuste a tus necesidades y objetivos.
- Diversificación: como mencionamos, es necesario diversificar los activos que conforman tu cartera. Así proteges tus activos de la volatilidad de los mercados, sectores, zonas geográficas… y mantienes tu cartera en equilibrio. De esta forma si, por ejemplo, un mercado determinado se desploma los activos expuestos a dicho mercado podrán verse afectados. Pero el resto de activos que componen la cartera no tienen por qué verse afectados por dicha bajada o incluso la misma. Por el contrario, puede beneficiarlos y hacer que su rentabilidad capital aumente.
- Tolerancia al riesgo: encontrar la tolerancia de riesgo de una cartera depende del inversor y de su situación financiera, necesidades y objetivos de inversión. Si asumes mucho riesgo, es posible que obtengas mayor rentabilidad, pero poniendo en juego más activos por lo que la potencial pérdida también será mayor. Pero si asumes un riesgo menor evitarás mayores pérdidas pero también estarás renunciando a la posibilidad de mayores beneficios.
- Rendimiento y coste: medir el rendimiento de tus activos te permite adelantarte a posibles errores y minimizar los riesgos. Las inversiones no son estáticas, sino que fluyen constantemente y necesitas estar informado de esas fluctuaciones. Además, es importante tener en cuenta cómo el coste de los instrumentos que componen la cartera, así como de los servicios necesarios para la gestión y administración de la misma, influye en el rendimiento de los activos.
- Reestructuración: el mercado cambia constantemente. Por eso es importante estar informado de los eventos que suceden diariamente en el mismo para poder adecuar y reorganizar la composición de la cartera.
- Largo plazo: mantener una perspectiva a largo plazo es fundamental. Aunque puedas enfrentar caídas ocasionales en el mercado, es importante recordar tus razones para invertir y no desviarte de tus objetivos. Adopta las fluctuaciones como parte de tu estrategia a largo plazo y no tomes decisiones impulsivas basadas en el pánico.
Estrategias de gestión de carteras
Existen dos tipos de estrategias de gestión de carteras.
Gestión activa
Como su nombre lo indica, la gestión activa consiste en la compra y venta constante de activos con el objetivo de conseguir rentabilidades por encima del mercado. Dentro de esta estrategia existen diferentes enfoques: anticiparse a los movimientos del mercado, buscar oportunidades en sectores económicos, seleccionar títulos infravalorados y evitar los sobrevalorados.
Gestión pasiva
El objetivo es tratar de replicar un índice de referencia para tratar de conseguir su mismo comportamiento (y rentabilidad).
¿Quién realiza la gestión de carteras?
La gestión de carteras puede ser realizada por uno mismo o por terceros profesionales. Uno mismo puede gestionar su propia cartera si tiene el conocimiento y la experiencia necesarios. Sin embargo, muchas personas optan por contratar los servicios de gestores profesionales de carteras que tienen el conocimiento y la experiencia para tomar decisiones de inversión informadas.
En ABANCA contamos con un servicio de gestión discrecional de carteras (GDC) a disposición de aquellos clientes que estén interesados en contar con gestores profesionales para la gestión de sus activos. Para contratar este servicio se realiza previamente al cliente un test de idoneidad y conveniencia que permite ofrecer una cartera adaptada al perfil de riesgo del cliente. Una vez realizada la inversión inicial, la entidad financiera se encarga de gestionar tu cartera y tomar las decisiones de inversión según el perfil de riesgo de la cartera.
Recomendaciones antes de contratar un gestor de cartera
Antes de contratar un servicio de gestión de carteras, es importante considerar varios factores.
En primer lugar, debes investigar y evaluar la trayectoria y el desempeño del gestor de carteras. Se pueden solicitar referencias y revisar los resultados pasados obtenidos por el gestor, si bien hay que tener en cuenta que rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras. También es fundamental comprender las comisiones y tarifas asociadas al servicio y de los activos incluidos en las carteras, ya que estas pueden variar según el proveedor.
Es necesario establecer una comunicación clara y transparente con el gestor de carteras. Esto permitirá que el gestor de carteras personalice la estrategia de inversión de acuerdo con las necesidades específicas.
Una comunicación abierta y regular con el gestor de cartera permite estar informado sobre los movimientos actuales de la cartera, sobre cualquier cambio en la estrategia y acerca de las perspectivas futuras.
Se puede evaluar el desempeño de la cartera a través de los informes periódicos que el gestor de carteras está obligado a facilitarle. Estos informes deben incluir información detallada sobre los activos en los que se invierte, los cambios realizados en la cartera, los resultados obtenidos en términos de rentabilidad, costes, etc.
Además, es conveniente preguntar sobre la metodología utilizada para tomar decisiones de inversión, como el análisis de los activos, el enfoque de diversificación y cualquier estrategia específica implementada. En conclusión, una relación sólida y transparente con el gestor de carteras es esencial para mantener un flujo constante de información y confianza en el proceso de gestión.
¿Cómo contratar un gestor de cartera?
Si ya estás decidido a contratar un servicio de gestión de cartera, estos son algunos de los pasos que debes realizar:
- Investiga y compara diferentes gestores de carteras o entidades financieras.
- Solicita información detallada sobre los servicios ofrecidos, las tarifas y las comisiones.
- Verifica la experiencia y el historial de desempeño del gestor de carteras.
- Establece una reunión o consulta inicial para discutir los objetivos de inversión y las preferencias personales.
- Evalúa y considera las recomendaciones presentadas por el gestor de carteras.
- Firma un contrato o acuerdo que establezca los términos y condiciones del servicio.
Ahora que tienes toda esta información, sabes que contratar un servicio de gestión de carteras puede ser una opción adecuada para aquellas personas que buscan optimizar sus inversiones y delegar la toma de decisiones a profesionales con experiencia en el campo financiero. Recuerda realizar una investigación previa antes de tomar decisiones de inversión. ¡Cuida tu salud financiera!
Estos datos tienen finalidad informativa y no deben interpretarse en ningún caso como una recomendación de compra o venta, o de realización o cancelación de inversiones, ni puede servir como base de ningún tipo de decisión sobre inversiones actuales o futuras. ABANCA no se hace responsable de los perjuicios que pueda sufrir el inversor como consecuencia del uso de dicha información. El cliente es responsable de las decisiones de inversión que adopte y del uso que haga de la información proporcionada a tal efecto. Rentabilidades pasadas de las inversiones no garantizan rentabilidades futuras.