Seguro que estás cansado de ver y escuchar eso de “tu hipoteca al 5% TAE” en los anuncios de televisión de los bancos. Normalmente es algo que pasa desapercibido a menos que estés en proceso de contratar un producto financiero cuya TAE te afecte. Si ese es tu caso, en este post te contamos todo lo que necesitas saber sobre esta tasa.
¿Qué significa TAE?
TAE es el acrónimo de Tasa Anual Equivalente o Tasa Anual Efectiva. Es un término financiero que se define como el resultado de una fórmula matemática que incorpora el tipo de interés nominal, las comisiones y el plazo de la operación. El término TAE aparece tanto en los préstamos hipotecarios y al consumo con interés fijo como en los productos de ahorro.
Para que lo entiendas más fácilmente, en operaciones de financiación –hipotecas, préstamos personales– hace referencia al coste real del préstamo en un periodo anual. En los productos de ahorro –depósitos o cuentas remuneradas–, refleja el rendimiento que se obtendrá de dichos productos.
El Banco de España obliga por ley a los bancos a informar a sus potenciales clientes de la TAE de sus productos para que puedan así comparar ofertas y tener una referencia del coste real de la hipoteca.
¿Qué incluye la TAE?
La TAE es el resultado expresado en porcentaje de una fórmula matemática, pero ¿qué tiene en cuenta?
- Tipo de interés nominal (TIN). Es el porcentaje fijo que se pacta como concepto de pago por el dinero que te presta el banco.
- Comisiones y gastos derivados de la operación.
- Plazo de la operación o devolución.
La TAE en préstamos personales e hipotecarios
En los préstamos, ya sean personales o hipotecarios, la partida de comisiones y gastos suele incluir la comisión de apertura y la de cancelación anticipada. La comisión de apertura incluye todos los gastos originados por la tramitación de la operación. Habitualmente, esta comisión se cobra cuando se firma el contrato; sin embargo, es posible pactar pagarla a lo largo de la vida del préstamo. La comisión de cancelación hace referencia al pago que se realiza a la entidad bancaria al amortizar anticipadamente una deuda, siempre y cuando aparezca reflejada en el contrato de la hipoteca.
La TAE en productos de ahorro
En los productos de ahorro, la TAE hace referencia a las liquidaciones de pago, es decir, los rendimientos obtenidos. Por ejemplo, si contratamos un depósito al 4% TAE e invertimos 15.000 euros, al cabo de un año, recuperaremos los 15.000 euros más 600 euros en concepto de intereses (15.000*0,04=15.600). El cálculo de la TAE, en este caso, está basado en el tipo de interés compuesto y en la hipótesis de que los intereses obtenidos se vuelven a invertir al mismo tipo de interés.
¿Qué no incluye la TAE?
En el caso de los préstamos, especialmente los hipotecarios que son más complejos, existen otros gastos que quedan fuera del cálculo de la TAE y que el consumidor también debe tener en cuenta.
Quedan fuera de la TAE y se excluyen conceptos como: gastos por transferencia de los fondos, gastos a abonar por terceros –corretajes, gastos notariales e impuestos– y los gastos por seguros o garantías. Sí se incluirían dentro del TAE aquellas primas que tengan por objeto garantizar a la entidad el reembolso del crédito en caso de fallecimiento, invalidez o desempleo siempre que la entidad imponga su suscripción para la concesión del crédito.
¿Para qué se utiliza la TAE? Consejos para usarla
Esta tasa resulta muy útil para conocer las características de un producto financiero concreto de forma rápida y compararlo con otros similares, ya que tiene en cuenta las comisiones, intereses, plazos, etc. De esta forma, podremos encontrar el que mejor se adapte a nuestras necesidades y situación personal.
- Utilízala para comparar productos con un mismo plazo: las comisiones derivadas varían según el tiempo para el que se calculen.
- La TAE es un indicador a nivel anual. Sin embargo, el interés nominal (TIN) de una oferta puede estar referenciado a períodos diferentes.
- No compares la TAE de un préstamo personal con un hipotecario. Las hipotecas tienen una tasa menor pero a su vez conllevan muchos más gastos derivados (y más elevados): notario, tasación, seguros…
- No compares la TAE de un préstamo a tipo fijo con la de uno a tipo variable, ya que no hay manera de conocer a ciencia cierta la evolución del tipo de interés variable a lo largo del tiempo. Se puede estimar, pero hay que tener en cuenta las variaciones que pueda sufrir
- Ten en cuenta otros factores para comparar: los plazos de devolución, el tipo de préstamo o el coste de cancelación anticipada.
- Sólo se debe usar la TAE para comparar préstamos a igual plazo, ya que el pago de comisiones hace que el resultado sea diferente en función del plazo.
- En el caso de los préstamos hipotecarios, no sólo debemos quedarnos con el valor de la TAE que indica la oferta, sino que hay que prestar atención al resto de gastos que entran en juego y no están recogidos en el cálculo de este indicador.
TAE Variable, ¿qué es?
La TAE Variable afecta, como su propio nombre indica, a las hipotecas a tipo variable. Es imposible conocer la evolución del euríbor a lo largo del tiempo y, por lo tanto, la evolución de los tipos de interés referenciados a él. Por eso los bancos hacen una estimación, que se conoce como TAE Variable.
Se calcula con el valor que tiene el índice de referencia (euríbor) en el momento de contratarla. Es un índice meramente informativo y previsiblemente variará con las revisiones que sufra el tipo de interés a lo largo del tiempo.
Recuerda que los contenidos de este blog tienen carácter informativo. Cualquier actuación motivada por su contenido o por la interpretación de las normas a las que hace referencia deberá ser analizada de forma específica teniendo en cuenta la situación particular de que se trate.