Probablemente habrás escuchado el término ‘hipoteca’ muchas veces a lo largo de tu vida y tendrás una idea de lo que es. Pero ¿conoces realmente su definición y características?
Una hipoteca es un contrato que firmas con una entidad bancaria cuando esta te presta un dinero que tú te comprometes a devolver en un plazo determinado y en unas cuotas fijadas de antemano.
¿Qué diferencia existe entre una hipoteca y un préstamo?
A partir de la definición anterior, puede parecer que una hipoteca es exactamente igual a un préstamo personal. Sin embargo, la diferencia radica básicamente en las garantías que tienes que aportar para que te la concedan.
En la hipoteca tienes que poner como garantía de devolución un bien inmueble. El ejemplo habitual es una vivienda o un local comercial. En cambio, en un préstamo este tipo de garantía no es necesaria.
Por lo tanto, vemos que una hipoteca la forman el contrato y la garantía:
- El contrato es aquel en el que el banco se compromete a prestarte el dinero y tú a devolverlo bajo las condiciones que aparecen en el mismo, como son el plazo de devolución, las cuotas, las comisiones e intereses.
- La garantía es el inmueble que, en caso de impago, pasará a pertenecer al banco.
Existen tres tipos de intereses en las hipotecas
- Interés a tipo fijo: desde que firmas el contrato sabrás el importe de las cuotas que tienes que pagar mientras dure la hipoteca. No varía a lo largo del tiempo porque el tipo de interés se mantiene constante.
- Interés a tipo variable: este tipo de interés toma como referencia una tasa, que normalmente es el euríbor –tipo de interés europeo al que unos bancos se prestan dinero a otros–. La cuota que tienes que pagar variará, por tanto, en función de la fluctuación de este tipo de interés.
- Interés a tipo mixto: este es una combinación de los dos anteriores. Los primeros años la hipoteca tendrá un tipo de interés fijo. Después, pasará a tener un tipo de interés variable que se basará en el euríbor.
¿Qué pasa si no cumples con las cuotas?
Normalmente, en el caso de las hipotecas, el dinero que te presta el banco es para comprar el bien que pones como garantía. Por lo tanto, suele ser una cantidad de dinero bastante elevada y con una devolución a muy largo plazo.
Si se da el caso de que incumples tu parte del contrato y no pagas la cantidad que tienes que devolver en los plazos marcados, el inmueble que pusiste como garantía servirá para que respondas por las cantidades que debas al banco.
Recuerda que los contenidos de este blog tienen carácter informativo. Cualquier actuación motivada por su contenido o por la interpretación de las normas a las que hace referencia deberá ser analizada de forma específica teniendo en cuenta la situación particular de que se trate.