Dentro de las finanzas empresariales, el flujo de caja libre, o free cash flow, es un concepto al que debemos prestar especial atención. Desde el punto de vista financiero arroja mucha información sobre el estado de una empresa y es un indicador que no se debe pasar por alto.
Por este motivo, en este post vamos a analizar para qué sirve, cómo se calcula, cómo se puede mejorar y cuál es su diferencia con el flujo de caja operativo. ¡Allá vamos!
Para qué sirve el flujo de caja libre
El flujo de caja libre permite medir el resultado financiero de una empresa. Hace referencia al dinero generado por una empresa y que puede destinar para retribuir a los propietarios de financiación, tanto propios como ajenos.
Este indicador es la caja de una empresa una vez se restan los gastos de mantener o expandir los activos. Es decir, es el dinero que queda disponible para pagar dividendos, reducir la deuda o volver a comprar acciones propias. Por este motivo, es muy importante para la planificación y la valoración de las empresas.
Cómo se calcula el flujo de caja libre
Para calcular el flujo de caja libre debemos restar al flujo de caja los gastos de capital. En un post anterior habíamos visto que el flujo de caja permite medir las entradas y salidas netas de un negocio. Para llegar al flujo de caja libre, debemos considerar además los gastos de capital. Hay diferentes métodos para realizar este cálculo del free cash flow.
Proyecciones de flujos de caja libres
Se pueden hacer proyecciones de flujos de caja libres para la valoración de las empresas:
- Dividimos en períodos el futuro de la empresa, por lo general en años, y se realizan previsiones de flujos de caja libres para cada uno de ellos. Se puede considerar que algunos flujos siguen una determinada evolución a lo largo del tiempo.
- Calculamos el coste de capital del activo para cada período. Ponderamos los costes de capital de fondos propios, de deuda y las deducciones de intereses. Por lo general se toma de referencia el interés libre de riesgo y se le añade una prima por este concepto.
- A los flujos de caja libres de cada año le descontamos los correspondientes costes de capital del activo. De este modo obtenemos el valor de la empresa, al que debemos restar el valor de la deuda para obtener los fondos propios.
El método indirecto
Es posible calcular el flujo de caja libre por el método indirecto:
- Al beneficio después de impuestos le sumamos las amortizaciones y los gastos financieros de los acreedores.
- Si se ha ampliado el capital circulante, restamos este incremento. En cambio, si ha bajado, sumamos la correspondiente reducción.
- A esta cifra le restamos el incremento neto de los activos no corrientes, y obtenemos de nuevo el flujo de caja libre.
El método directo
También se puede usar el método directo para llegar al mismo resultado:
- Calculamos todos los cobros y pagos operativos.
- A esta cifra le restamos los pagos para la adquisición de activos no corrientes.
- Finalmente, le sumamos los cobros de vender activos no corrientes.
Para usar este método de valoración hay que considerar todas las operaciones con cobro o pago aplazado y calcular cada categoría. Por lo tanto, aunque es más complejo, también nos permite conocer la evolución de los cobros y pagos a lo largo del tiempo.
Qué se puede hacer para mejorar el flujo de caja libre
El flujo de caja libre es clave para la toma de decisiones de inversión, así como para buscar opciones de financiación. Un buen flujo de caja va a atraer el interés de propietarios y acreedores, que estarán dispuestos a apostar por el futuro de la compañía. Por lo tanto, todas las acciones que se puedan llevar a cabo para mejorar este indicador tienen relevancia en la empresa.
¿Qué acciones podemos desarrollar para mejorar el flujo de caja libre?
- Hacer una reunión con los proveedores para negociar precios, revisar las condiciones y mejorar la relación a largo plazo.
- Reevaluar el gasto para comprobar si se pueden eliminar algunos conceptos innecesarios que repercuten en el flujo de caja.
- Mejorar la eficiencia de la empresa, cualquier mejora en las instalaciones, los procesos o la digitalización se traduce en mejoras en el flujo de caja.
- Estandarizar la facturación, de modo que se mejore la gestión. También es útil ofrecer incentivos, como los beneficios por pronto pago.
- Facilitar el pago, ofreciendo varias modalidades de pago, como las opciones de pago en línea. Tener estos pagos en plazos menores repercute positivamente en el flujo de caja.
Diferencia entre el flujo de caja y el flujo de caja libre
El flujo de caja se diferencia del flujo de caja libre porque, como hemos visto en su cálculo, sí incluye los gastos de capital. Por lo tanto, nos permite conocer las entradas y salidas de un negocio, pero no estamos obteniendo un resultado neto. Ya que la cuantía de los gastos de capital puede modificar bastante su base.
El flujo de caja libre, se denomina “libre” porque, al restarle los gastos de capital, obtenemos una cantidad neta que no está destinada a cubrir otras obligaciones. Los pagos a proveedores y acreedores, los impuestos y demás importes se han restado anteriormente.
Una vez hecho este repaso por el flujo de caja libre, su cálculo y las posibilidades para mejorarlo, podemos concluir que se trata de una aproximación bastante exacta de la valoración de una empresa para sus proveedores de financiación. ¿Te gustaría seguir profundizando en los temas relacionados con las finanzas y la gestión de una empresa? Te pueden interesar nuestros posts sobre los derechos y obligaciones ante una inspección de Hacienda, las estrategias de expansión para 2022 o las oportunidades del Kit Digital.
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