¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando piensas en una hipoteca? ¿Tipo de interés? ¿Gastos de hipoteca? ¿Ganas de echar a correr? Si es así, no te preocupes. En ABANCA nos hemos propuesto ayudarte a evadir estos pensamientos y explicarte que existen más variables aparte del tipo de interés que debes tener en cuenta a la hora de elegir la hipoteca que mejor se adapte a tus necesidades.
Una de ellas es el plazo de amortización, es decir, el tiempo que se tarda en pagar una hipoteca en su totalidad. Vamos a ver qué opción de hipoteca, a largo o a corto plazo, te resultará más beneficiosa.
¿Cómo elegir la hipoteca más adecuada para ti?
Si estás pensando en pedir una hipoteca para financiar la compra de una vivienda, por ejemplo, tienes que valorar cuánto dinero vas a pagarle al banco y tener en cuenta:
- El tipo de interés de la hipoteca: variable, fijo o mixto.
- El plazo de amortización, es decir, de devolución del préstamo hipotecario, que puede ser largo o corto.
- Las comisiones aplicadas
El plazo es, por tanto, uno de los aspectos más importantes a considerar en el proceso de contratación de la hipoteca. De él dependerán las cuotas e intereses a pagar. Lo ideal es que se trate de una cantidad que no suponga una carga excesiva en relación con tus ingresos netos, teniendo en cuenta el resto de tus gastos mensuales. Para saber todo sobre las cuotas de tu hipoteca, te interesa saber qué es un cuadro de amortización.
Mayor cuota hipotecaria durante menos años
En general, los plazos más cortos suelen ser beneficiosos para las rentas más elevadas y estables. Esto es así porque, cuantos menos años estés pagando, menos intereses te cobrará el banco, por lo que lograrás un mayor ahorro hipotecario. La parte menos positiva es que, acortar este periodo en exceso puede implicar una carga financiera mensual muy elevada.
Esta opción también te permite olvidarte cuanto antes de los gastos de la hipoteca y destinar ese dinero a otros asuntos, como inversiones, ahorro o planes de pensiones.
Pagar menos de hipoteca durante más años
Si por el contrario tus ingresos no son demasiado elevados o no son estables, lo mejor es contratar una hipoteca a largo plazo, de 20 a 30 años. Es cierto que cuanto más largo es el plazo de amortización, más intereses pagarás (más caro será el préstamo), pero de esta forma te aseguras de que podrás hacer frente a los gastos de la hipoteca sin poner en riesgo el resto de los gastos familiares y del hogar.
Asimismo, contratando esta opción, si más adelante quieres aumentar tu cuota mensual y reducir así el plazo de la hipoteca, podrás realizar amortizaciones anticipadas, es decir, devoluciones de dinero de golpe sin tener que pagar intereses.
Ahora bien, para que esta operación te resulte beneficiosa, es necesario que tengas en cuenta que en algunas hipotecas te pueden cobrar una comisión de amortización anticipada, ya sea parcial o total. Si te interesa esta posibilidad, infórmate antes de firmar tu hipoteca.
Entonces, ¿cuál es el plazo de amortización que más te conviene?
A modo de ejemplo, vamos a ver cómo varían las cuotas mensuales y los intereses de un préstamo hipotecario de 200.000 euros a un tipo de interés fijo del 2,5%, es decir, suponiendo que el tipo de interés no cambia a lo largo de la vida del préstamo. Dependiendo del plazo de amortización:
- Se podría pagar en 15 años con una cuota mensual de 1.334 euros. Al final, habríamos pagado 40.044 euros en concepto de intereses de la hipoteca.
- Si establecemos un plazo de 20 años, el importe mensual desciende a 1.060 euros. En este caso, habremos abonado 54.353 euros con motivo de los intereses de la misma.
- Para finalizar, si elegimos aumentar el plazo de la hipoteca a 30 años, pagaremos 790 euros mensuales. El gasto en intereses hipotecarios se duplica con respecto al primer supuesto, alcanzando los 84.487 euros.
Al final, lo importante es dar con tu situación de equilibro y escoger, con ayuda de tu banco, un plazo que te permita pagar en el menor tiempo posible y hacer frente, con comodidad, a los gastos de la hipoteca, a los gastos familiares y que te permita reservar algún dinero para posibles imprevistos.
Recuerda que tienes a tu disposición nuestro simulador para calcular tu hipoteca. Añade y modifica todas las variables disponibles para obtener una aproximación lo más realista posible. Si tienes dudas acerca de cuál es la opción que mejor se adapta a tus necesidades, ¡en ABANCA estaremos encantados de ayudarte!
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