El número de niños alérgicos aumenta anualmente en un 2% según los últimos datos publicados por la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) y se calcula que casi 14 millones de españoles sufren algún tipo de alergia o intolerancia alimentaria. Si perteneces a ese grupo, además de revisar todas las etiquetas de los alimentos, debes prestar especial atención a tu cartera.
Los productos ‘sin’ suelen tener un mayor coste, ya que su proceso de fabricación es mucho más laborioso al evitar la contaminación cruzada y las materias primas tienen que estar libres de alérgenos, lo que hace aumentar los costes de producción. Sin embargo, ahorrar siendo alérgico, tanto cuando se padece alguna alergia alimentaria o intolerancia es posible. Organiza con antelación la cesta de la compra y presta atención a los siguientes consejos que, seguro, te resultarán muy útiles.
Busca alguna asociación o colectivo especializado
La unión hace la fuerza. Convivir con la alergia no es sencillo y te obliga a organizarte de una forma diferente y a restringir ciertos alimentos y platos preparados, por lo que contar con el apoyo de algún colectivo especializado te será de gran ayuda. Hoy en día puedes encontrar en internet páginas especializadas como la de la Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex, blogs o incluso grupos a través de Facebook en los que se comparten experiencias, consejos, productos y recomendaciones para el día a día.
También existen aplicaciones para móviles especializadas en alergias alimentarias que pueden ayudarte a la hora de realizar la compra. Algunas permiten escanear el código de barras de un producto y lo cotejan con una base de datos de alérgenos, informando de aquellos que pueda contener y que sean perjudiciales para la salud.
Ahorrar comparando precios a la hora de comprar
Cada vez son más los establecimientos familiarizados con las intolerancias al gluten, la lactosa y las alergias alimentarias. Pero, a pesar de eso, llenar el carro de la compra sigue siendo más caro cuando se sufre alguna intolerancia o alergia. Por eso, aunque requiera de algo más de tiempo, compara precios. A la larga, saldrás ganando.
Hay establecimientos que publicitan con bastante claridad los alimentos “sin”, mientras otros no hacen hincapié en mostrar que tienen productos sin alergénicos. Por eso, infórmate bien antes de salir al supermercado y planifica tu lista de la compra según tus necesidades, así evitarás gastos innecesarios.
Hay muchas cadenas que han empezado a ofrecer alternativas más económicas a través de sus marcas blancas, por lo que podrás ahorrar optando por esos alimentos. En los grandes hipermercados es donde podrás encontrar más variedad y también en supermercados alternativos o tiendas especializadas.
También presta atención a las tiendas online que venden productos para intolerantes y alérgicos. En este canal podrás encontrar ofertas y descuentos con tan solo un par de clics.
Y recuerda, no tienes porque estar constantemente buscando alternativas sin gluten o sin lactosa a alimentos que lo llevan. Hay muchísimos platos que son aptos por naturaleza y te saldrán más económicos.
Apuesta por lo hecho en casa
Una buena forma de ahorrar siendo alérgico es optar por, primero, comer más en casa y, segundo, en vez de comprar determinados productos ya elaborados, hacerlos nosotros mismos. Por ejemplo, puedes preparar bebidas vegetales caseras como alternativa a la leche u hornear tu propio pan sin gluten.
¿Un único menú para toda la familia?
Cuando hay un alérgico o intolerante en la familia, muchas veces se adapta el menú de toda la familia para consumir productos libres de ese alérgeno. Sin embargo, no es necesario que todos los miembros consuman productos “sin” si su precio es mucho más elevado. Adaptando únicamente el plato de la persona alérgica o intolerante y teniendo cuidado a la hora de cocinar para evitar la contaminación cruzada, ahorramos consumiendo menos productos especializados.
Ahorrar siendo alérgico: adrenalina autoinyectable
La adrenalina autoinyectable se usa en reacciones asmáticas o alérgicas graves que pueden llegar a provocar la muerte. Esto puede ocurrir por alimentos, medicamentos, látex, picaduras de abejas o avispas, o por respirar alérgenos ambientales en gran concentración. Por esta razón, siempre se debe llevar encima en todo momento. El problema es que es un medicamento caro y con una caducidad bastante limitada. Por eso, solicita al farmacéutico una con una caducidad amplia (lo máximo suele ser un año). Si lleva tiempo en stock, tendrás que deshacerte de ella a los pocos meses y gastarás más.
Lo ideal es llevarla siempre encima, pero es muy complicado, por lo que muchas veces se compran varias para tener en casa, en el coche, en el trabajo o el colegio. Esto se convierte en un gasto elevado a lo largo del año que puede reducirse revisando la fecha antes de comprarla.
Si tienes niños alérgicos, verás que cada vez las alergias son más frecuentes y que en el mismo colegio se juntan varios niños con el mismo problema. Cada uno lleva su medicación, llegando a juntar en la enfermería del colegio muchas dosis de adrenalina, antihistamínicos o corticoides iguales. Para mejorar esta situación, en algunos colegios, las AMPAS se juntan para comprar un número adecuado de producto entre todos y así ahorrar.
Una vez ha caducado, reaprovecha el autoinyectable para practicar cómo se pone utilizando una naranja u otra fruta similar. Es muy interesante hacerlo, sobre todo cuando hay niños alérgicos en casa, ya que así nos aseguramos que todos están preparados para usarla por si se produce alguna reacción alérgica.
Buscando información y preparando la compra con planificación, podrás ahorrar y mantener tu dieta a salvo de alérgenos.