Volver a la rutina después de pasar unos días de vacaciones y relax nunca es tarea fácil. El sol, las tardes de diversión en la playa, la tranquilidad al aire libre o los días largos de verano llegan a su fin con el regreso al trabajo y sus horarios habituales. Aunque la cuesta de septiembre es complicada para todos, hay personas que pueden verse afectadas de manera considerable por el fin de las vacaciones. Cuando vuelven al trabajo, existen personas que sufren el llamado síndrome postvacacional, y en este artículo te explicaremos en qué consiste este problema y cómo superarlo.
¿Qué es el síndrome postvacacional?
El síndrome postvacacional hace referencia a una serie de alteraciones físicas y psicológicas que experimenta un individuo cuando se reincorpora a la rutina laboral después de haber estado de vacaciones.
El cambio importante que supone pasar de la calma y el descanso del período vacacional al ajetreo propio del ambiente de trabajo puede provocar diversas molestias a nivel corporal y mental. Y es que el proceso de readaptación entre dos formas de vida tan diferentes genera consecuencias en el día a día de algunas personas.
Según un estudio de la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Catalunya (AIFiCC), este síndrome afecta al 65% de los adultos. Asimismo, afecta más a las mujeres que a los hombres.
Síntomas del síndrome postvacacional
Para conocer la complejidad de este síndrome, es fundamental tener en cuenta que el alcance de sus síntomas depende en parte de la personalidad del sujeto, su estilo de vida o las singularidades de su entorno laboral.
De esta manera, afecta especialmente a aquellas personas que asocian su trabajo con algo esencialmente negativo y que les supone un enorme sacrificio. Este pensamiento les produce estrés postvacacional, que se manifiesta al volver a hacer frente a las obligaciones de la ocupación laboral, según advierte la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS).
Así, los principales síntomas del síndrome postvacacional son:
- Falta de autoestima, tristeza y pérdida de motivación, con el resultado de tener un bajo rendimiento a nivel profesional.
- Cansancio, desánimo en la vuelta al trabajo y ausencia de concentración.
- Insomnio y trastornos en la alimentación, que se traducen en carencia o exceso de apetito.
- Dolores musculares, irritabilidad y cambios de humor frecuentes.
- Signos de ansiedad, como pueden ser la sudoración, los temblores o el incremento de las frecuencias respiratoria y cardíaca.
Si estos síntomas se prolongan demasiado en el tiempo y se complican, es importante saber que pueden derivar en un estrés crónico o incluso en una depresión postvacacional.
Cómo superar este síndrome
Para poder superar el síndrome posvacacional, podemos considerar algunas pautas:
- Volver a la rutina de forma paulatina. Se puede ir poco a poco en el trabajo los primeros días, sin agobiarse en exceso con demasiadas tareas. También es esencial mantener algunas actividades de ocio que realizamos en periodo vacacional, como por ejemplo tomar algo en una terraza con amigos. Se trata de no romper con el ritmo de las vacaciones de una manera brusca.
- Regresar al lugar de residencia con antelación. En relación con lo anterior, se puede afrontar la vuelta de forma progresiva y relajada para hacer menos complicado el regreso al trabajo.
- Regular el ritmo de sueño. En verano nuestras rutinas cambian en todos los sentidos, y por eso es necesario ir recuperando los hábitos de antes para mejorar el rendimiento en el trabajo.
- Hacer deporte y recuperar los hábitos alimentarios. Para muchos, el mes de septiembre es lo equivalente a enero. Nuevos comienzos y la oportunidad de hacer frente a retos diferentes. Toma nota: hacer deporte te ayudará a luchar contra la apatía, ya que practicar ejercicio físico libera endorfinas.
- Aceptar las emociones y saber que se trata de un proceso pasajero. Es importante permitirnos pasar por momentos complicados de estrés posvacacional, aceptando los imprevistos y dedicándonos tiempo para nosotros mismos.
La depresión postvacacional
Aunque este síndrome no se considera un trastorno que aparezca en la Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5, el libro de referencia de diagnósticos, sí puede llegar a convertirse en una depresión.
Si una vez pasados varios días o unas cuantas semanas, la persona no se recupera y los síntomas del síndrome se agravan, se podría diagnosticar un trastorno adaptativo o incluso una depresión.
La depresión postvacacional puede considerarse un trastorno que hace que la vuelta a la rutina se vuelva más dura de lo normal, más allá del estrés. Los síntomas de la depresión postvacacional se caracterizan por perdurar en el tiempo y porque resultan más difíciles de sobrellevar. De esta forma, se trata de un asunto que afecta a diversas áreas de la vida cotidiana.
El problema se manifiesta antes de la reincorporación al trabajo, cuando se empieza a sentir desgaste emocional, falta de motivación o cierta ansiedad.
Además de los adultos, los niños también pueden padecer el síndrome postvacacional. Aunque es cierto que suelen adaptarse fácilmente a los cambios. Para ellos, lo ideal es aplicar las pautas que te hemos comentado, apoyarlos en todo momento y tratar de relativizar la situación.
Ya sabes, si notas que tu vuelta a la rutina laboral te está costando más de lo habitual, no dudes en recurrir a la terapia psicológica. Es muy importante exteriorizar nuestras preocupaciones y tratar los síntomas con especialistas que puedan recomendarnos en nuestra vuelta de vacaciones.
Recuerda que los contenidos de este blog tienen carácter informativo. Cualquier actuación motivada por su contenido o por la interpretación de las normas a las que hace referencia deberá ser analizada de forma específica teniendo en cuenta la situación particular de que se trate.