Qué es el techo de gasto y cómo afecta a la economía

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Al igual que la economía familiar, el Estado tiene que establecer y cumplir con un presupuesto. Todo esto parece muy alejado de nuestro bolsillo, pero la realidad es que límites como el techo de gasto nos pueden afectar directamente. Te contamos más sobre qué es y cómo puede influir en el día a día.

Techo de gasto: qué es

El techo de gasto es la cifra tope que se fija para controlar el gasto no financiero de las administraciones públicas, durante un período determinado (generalmente anual). Es decir, es la cantidad máxima que el Estado puede destinar a diversas partidas presupuestarias que no entren dentro de la categoría de gasto financiero (que sería el pago de deudas o créditos). Esto ayuda a limitar el dinero que se destina a diferentes áreas como salud, educación, infraestructuras o salarios de empleados públicos.

El techo de gasto se utiliza como referencia para elaborar los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Además, con este techo, las distintas administraciones públicas saben hasta dónde pueden gastar cada año, sin sobrepasar los ingresos que esperan recibir a través del pago de impuestos, tasas y otras fuentes de ingreso.

¿Cómo se calcula el techo de gasto?

El techo de gasto se calcula siguiendo las normas establecidas en la Ley Orgánica 2 /2012 de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera (LOEPSF), especialmente en los artículos 1 y 12. Esta ley asegura que todas las administraciones públicas, ya sean centrales, autonómicas o locales, mantengan los gastos bajo control para garantizar el “crecimiento económico sostenido y la creación de empleo”.

La ley también establece que el techo de gasto no puede superar la tasa de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB). Es decir, se ajusta según cómo se espera que crezca la economía del país. Si se prevé que la economía crezca, el techo aumentará proporcionalmente. En caso contrario, si no se espera un crecimiento económico, el techo se mantendrá o disminuirá.

En caso de que se produzca un “desequilibrio estructural” (cuando el gasto supera de manera significativa las previsiones y pone en riesgo la estabilidad fiscal), los artículos 21 y 22 de la ley establecen un plan de contingencia para corregir los desequilibrios. Este plan de contingencia puede incluir recorte de gastos o ajustar las políticas fiscales.

Sin embargo, como se explica en el capítulo III de la ley, en situaciones excepcionales como “catástrofes naturales, recesión económica o situación de emergencia extraordinaria”, tanto el Estado como las Comunidades Autónomas pueden presentar un déficit estructural.

¿Quién fija el techo de gasto?

Tal como se refleja en el artículo 30 de la ley, el Estado, las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales aprueban un límite máximo de gasto, siguiendo las normas de estabilidad presupuestaria y la regla de gasto.

El techo de gasto debe ser aprobado cada año antes del 1 de agosto. El Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas tienen la responsabilidad de informar al Consejo de Política Fiscal y Financiera cuál será el límite de gasto para el año siguiente.

Cuál es el techo de gasto para 2025

Tal como refleja la Moncloa, el techo de gasto en España para 2025 se establece en 195.353 millones de euros (sin contar los fondos europeos). Esto representa un aumento del 3,2% respecto al gasto de 2024, lo que equivale a 6.138 millones de euros más.

Cómo afecta el techo de gasto a la economía

Ahora que sabes qué es este techo, seguro te preguntarás qué tiene que ver con tu economía personal. Como adelantamos, afecta a nuestro día a día porque establece cuánto puede gastar el Estado en temas vitales como la salud, la educación, las infraestructuras, los subsidios, etc. Lo que repercute directamente en los servicios públicos que recibimos y en cómo se gestionan los recursos del país.

Este techo ayuda a mantener la economía estable, porque establece un límite. De cierta forma, es muy similar a la economía doméstica pero en una escala mucho mayor. Si creamos un presupuesto en casa y gastamos más de lo que tenemos, vamos a crear una situación de inestabilidad general, que incluso puede derivar en deudas e intereses.

¿Qué pasa si el techo sube?

Si aumenta el techo de gasto, el Estado tiene más dinero para invertir en diferentes áreas, lo que permite estimular la economía, crear empleo y mejorar los servicios que recibimos. Sin embargo, si el aumento no está respaldado por un incremento en los ingresos, puede llevar a que el déficit público crezca. Esto significa que el Estado gastará más de lo que recauda, aumentando la deuda del país. Un déficit alto puede generar una mayor inflación o disminuir la confianza de los inversores.

¿Qué pasa si baja el techo?

Si se reduce el techo de gasto significa que el Estado tiene que limitar el dinero que destina en áreas como servicios públicos, infraestructuras, subvenciones, etc. Si se recorta demasiado, puede afectar a la calidad de estos servicios y ralentizar el desarrollo económico general. Sin embargo, también es una medida que puede ayudar a reducir el déficit y la deuda pública.

Manejar el techo de gasto de un país es necesario para mantener una economía equilibrada que beneficie a todas las personas. De la misma forma, en nuestra vida cotidiana, debemos gestionar correctamente nuestras finanzas para llegar a fin de mes sin complicaciones. Por eso, si estás buscando opciones para manejar tu dinero de forma segura y eficiente, puedes explorar las cuentas y depósitos de ABANCA, diseñadas para adaptarse a tus necesidades.

Recuerda que los contenidos de este blog tienen carácter informativo. Cualquier actuación motivada por su contenido o por la interpretación de las normas a las que hace referencia deberá ser analizada de forma específica teniendo en cuenta la situación particular de que se trate.

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